Como se imaginarán el testimonio de mis alumnos es un premio.
Lo que más me gusta es que ya más grandes, casados, con hijos y en los encuentros casuales o café de por medio me cuentan que lo que recibieron fue mas que un curso de locución. Más bien - me dicen-"es un curso para la vida". Y continuan "muchas veces leo los apuntes de clase y me doy cuenta que gracias al trabajo con mi voz, cambió mi vida".